Del Mestizaje Sacro.
Autor: JAIME GORENSTEIN
¿Cabe preguntarse si cada civilización ha creado sus propios fundamentos, sus particulares costumbres y tradiciones; o es que todo ello proviene de una fuente común preexistente, difundida a través del espacio y el tiempo por civilizaciones portadoras de ese conocimiento especial?
La pregunta tiene, en nuestro concepto, tres respuestas posibles:
- Si, cada civilización ha creado su propio entorno cultural de acuerdo a su realidad circunstancial… y por lo tanto, calificaría de original.
- No, la originalidad es una ilusión – generalmente producto de un exacerbado amor propio - todo proviene de una fuente general preexistente.
- Si, es posible que las mismas invenciones, costumbres y tradiciones hayan aparecido en épocas y lugares distintos y por lo tanto no existe una civilización que no tenga una deuda con otra u otras.
Dada la magnifica y fecunda capacidad humana para adoptar o imitar todo aquello que pueda mejorar su existencia y a la luz de los datos que los estudiosos van acreditando, la tercera respuesta es la que parecería se ajusta a la realidad de lo hasta ahora encontrado. Si no, veamos como “los vientos del oriente” que la misma Torá menciona, han aportado a la civilización judeo-cristiana y por extensión a toda la humanidad:
- La creación del mundo según el libro de Manú, es fraternalmente parecida a la del Génesis.*
Según La Prosada (Libro de los libros) la primera pareja creada por Dios fue Adina y su mujer Heva en la isla de Ceilán; los pormenores de la narración son en esencia los mismos que en el mito bíblico.*
- También es india la leyenda del diluvio, (Hary Purana); mitológico ensayo de “lavar los pecados ahogando a los pecadores”… con excepción de “un elegido”, que convertido en armador y almirante debe cumplir con meter en su navío una semilla de cada planta y una pareja de cada especie animal.*
Las coincidencias de los Evangelios con la mitología india son igualmente notables y de manera muy sucinta se puede decir que:
- El redentor indio se llama Iezeus Cristna, es hijo de Devanaki, una virgen fecundada por el espíritu santo de Vishnu y el rey, tío de Chistna manda matar a todos los niños nacidos en la misma noche que el niño divino. (Tradiciones Brahamanas).*
El Buda tampoco escapa a los “vientos del hinduismo”, ya que él también es tentado por el diablo (Lalitavistara). Es interpelado por una mujer de otra casta (Divya Avadana). Envía a sus apóstoles a propagar la buena nueva (Mahvagga) y multiplica los panes (Jataka). Pronuncia una frase: “Son guías ciegos, pero si un guía ciego guía a otro, van a caer ambos en el pozo” (Upanischad- Buda) que Lucas el cristiano no tiene ningún problema en repetir siglos después en Lucas 15:14.*
El mestizaje teologal es como vemos impresionante y deja muy mal paradas las tesis de originalidad, verdad revelada y otras especies. No es necesario tampoco ser un consumado experto para darse cuenta que en la teología fundamentalista judía han colaborado caldeos, egipcios, persas, indios y griegos. El judaísmo tal cual hoy se le conoce sólo es posible por la actuación de un hombre del siglo XII que se llamó Moisés Ben Maimón, mas conocido como Maimonides; liceista aristotélico notable, que a pesar de la oposición de los colegas de su tiempo, hizo un esfuerzo impresionante por darle forma y coherencia a lo hoy se denomina rabinismo talmúdico… corriente aun dominante.
No es tampoco espectacular afirmar que en los Evangelios no hay nada propio, pues lo que no viene de las sectas judías esenia, terapeuta – nazarena o la ebionita -, viene de las distintas religiones del cercano y medio oriente o como es obvio, ya estaban en la Torá.
En cuanto al Corán, dicen los que saben, es una reiteración – acondicionada para la idiosincrasia árabe - del Pentateuco y otros textos bíblicos.
Otras creencias y tradiciones de pueblos antiguos y legendarios han sido imitadas, adaptadas o adoptadas por civilizaciones posteriores:
- Así tenemos como Hammurabi, primer rey de Babilonia unificada, que vivió nada menos que veintiún siglos antes de la E.C. dejó el primer código de leyes que se conoce, recibido de su dios Samah; curiosamente parecido al que recibió Moisés seis siglos más tarde en el monte Sinaí.*
- Y la leyenda de Ab-Am, dios caldeo cuyo nombre significa padre de pueblos; nombre y significado semejante al primer patriarca del bíblico pueblo de Israel. *
Y el mimetismo siempre esta presente:
- La analogía de la leyenda búdica con la cristiana es entrañable: Buda es hijo de una virgen. Es de casta real o noble. Su discurso es de oposición al orden establecido que considera injusto. Tiene su Constantino en el rey Asoka. Al igual que el cristianismo el budismo emigra de su patria para realizarse. Y otra coincidencia: Ni los evangelios ni las Escrituras Búdicas son la obra personal de Jesús o Buda ni de sus discípulos más inmediatos y es muy probable que ninguno de ellos haya tenido existencia corporal.*
- Mitra, dios popular persa se difunde por Occidente con tanta fortuna como el cristianismo, con el que tiene un parecido impresionante: Mitra, es intermediario entre Dios y los hombres, salvador de almas, sus fieles se llaman hermanos entre si, su iniciación supone ayuno, bautismo y agua bendita, así como la ingestión de pan y vino consagrados. Se sacrifica un toro, símbolo del sol o del propio Mitra y se comulga con su sangre y su carne. Sus sacerdotes y sacerdotisas son célibes, su moral es evangélica… Sin duda tan gran parecido, despertó los celos persecutorios de los hijos de Jesús que acabaron con los de Mitra.*
Después de esta descripción panorámica que cubre milenios, cabría hacerse varias preguntas:
¿Por qué ocurren todas estas coincidencias? ¿Qué motivación tuvieron los que decidieron adaptar para sus pueblos antiguas mitologías? ¿Todos los que lo hicieron comprendieron realmente lo que estaban haciendo? ¿Cómo se crea un mito? ¿Es posible crear un mito en nuestros días? Es una creación popular? ¿Es una creación de élite? ¿Las historias sagradas son realmente historia? ¿Son parte historia y parte mito? ¿Es el mito es la tecnología antigua correspondiente al “chip” de nuestros tiempos? ¿Hay una Enseñanza, cubierta dentro de la simbología mítica? ¿Es una enseñanza simple? ¿Es una Enseñanza compleja, objetiva, única, sin variaciones en el tiempo? El lector de seguro podrá incluir en este listado muchas mas interrogantes.
La respuesta a la primera pregunta es a todas luces… reiteramos: Porque todo proviene de una fuente común preexistente, cuya verificación – de ser posible – podría remontarse milenios más allá incluso de la prehistoria.
Si a esa fuente común pre-existente la llamamos Verdad Objetiva, Enseñanza Objetiva o simplemente Escuela, habremos dado un paso significativo en el esfuerzo por explicarnos estás “misteriosas coincidencias”.
Si tenemos en cuenta que la presencia del homo sapiens sapiens en el planeta es de 45,000 a 100,000 años y que la historia*, con pretensión científica, sólo cuenta con 10,000 aproximadamente, no parece muy complicado considerar la posibilidad de la existencia de civilizaciones muy anteriores a las pre-históricas, que pudieran haber obtenido un desarrollo evolutivo semejante, o porque no, superior al nuestro.
El desarrollo de la arqueología, por ejemplo, data sólo de un siglo y los estudios y excavaciones se realizan invariablemente en lugares donde la historia certifica algún acontecimiento. Falta pues el interés científico en iniciar la búsqueda de civilizaciones desaparecidas en los intervalos donde las modificaciones geológicas hubieran permitido su posible desarrollo. El hallazgo de misteriosas piezas, catalogadas y exhibidas como “curiosidades indescifrables” en los museos del mundo y encontradas de casualidad, deberían incentivar la curiosidad científica para iniciar la búsqueda de la verdad. Mientras tanto los avances en el estudio del ADN y la posibilidad de hacer “hablar a los cementerios” nos van dando luz sobre un pasado que definitivamente tendremos que reescribir.
Pero si la arqueología moderna reconociera la necesidad existencial por conocer la verdad como concepto objetivo y unitario, podríamos acercarnos a la solución de tan interesante dilema. Efectivamente sólo una especie de hombre – quizás en vía de extinción – al que vamos a denominar Buscador de la Verdad es el que podría sentir la necesidad vital de tomar contacto con cierto tipo de conocimiento que la humanidad, o mejor, las humanidades desde el mas remoto pasado, han guardado como un tesoro de incalculable valor…en el folclore, en asombrosas construcciones arquitectónicas, en las artes en general y principalmente en la literatura simbólica que ha perdurado hasta nuestros días en lo que llamamos con acierto, libros sagrados.
La presencia de literatura mítica desde tiempos inmemoriales, la similitud de estas entre si a pesar del tiempo y la distancia no hacen mas que incentivar nuestra curiosidad por lo misterioso. ¿De dónde salieron? ¿Quién es el dueño de ellas? Eso en verdad... poco importa.
*Historia es la disciplina académica que estudia acontecimientos del pasado dignos de ser recordados.
Enfoque clásico: El período que comienza con la aparición de la escritura y dura hasta el tiempo actual, desde este punto de vista, gran número de pueblos no tienen historia hasta que se produce su contacto con sociedades que si la conocieron.
Enfoque multiculturalista: Período dentro del cual es posible obtener o reconstruir un relato fiable de los acontecimientos que afectan a un grupo humano.
Bibliografía:
*"Pequeño diccionario de la desobediencia" de Luis Palma.
¿Cabe preguntarse si cada civilización ha creado sus propios fundamentos, sus particulares costumbres y tradiciones; o es que todo ello proviene de una fuente común preexistente, difundida a través del espacio y el tiempo por civilizaciones portadoras de ese conocimiento especial?
La pregunta tiene, en nuestro concepto, tres respuestas posibles:
- Si, cada civilización ha creado su propio entorno cultural de acuerdo a su realidad circunstancial… y por lo tanto, calificaría de original.
- No, la originalidad es una ilusión – generalmente producto de un exacerbado amor propio - todo proviene de una fuente general preexistente.
- Si, es posible que las mismas invenciones, costumbres y tradiciones hayan aparecido en épocas y lugares distintos y por lo tanto no existe una civilización que no tenga una deuda con otra u otras.
Dada la magnifica y fecunda capacidad humana para adoptar o imitar todo aquello que pueda mejorar su existencia y a la luz de los datos que los estudiosos van acreditando, la tercera respuesta es la que parecería se ajusta a la realidad de lo hasta ahora encontrado. Si no, veamos como “los vientos del oriente” que la misma Torá menciona, han aportado a la civilización judeo-cristiana y por extensión a toda la humanidad:
- La creación del mundo según el libro de Manú, es fraternalmente parecida a la del Génesis.*
Según La Prosada (Libro de los libros) la primera pareja creada por Dios fue Adina y su mujer Heva en la isla de Ceilán; los pormenores de la narración son en esencia los mismos que en el mito bíblico.*
- También es india la leyenda del diluvio, (Hary Purana); mitológico ensayo de “lavar los pecados ahogando a los pecadores”… con excepción de “un elegido”, que convertido en armador y almirante debe cumplir con meter en su navío una semilla de cada planta y una pareja de cada especie animal.*
Las coincidencias de los Evangelios con la mitología india son igualmente notables y de manera muy sucinta se puede decir que:
- El redentor indio se llama Iezeus Cristna, es hijo de Devanaki, una virgen fecundada por el espíritu santo de Vishnu y el rey, tío de Chistna manda matar a todos los niños nacidos en la misma noche que el niño divino. (Tradiciones Brahamanas).*
El Buda tampoco escapa a los “vientos del hinduismo”, ya que él también es tentado por el diablo (Lalitavistara). Es interpelado por una mujer de otra casta (Divya Avadana). Envía a sus apóstoles a propagar la buena nueva (Mahvagga) y multiplica los panes (Jataka). Pronuncia una frase: “Son guías ciegos, pero si un guía ciego guía a otro, van a caer ambos en el pozo” (Upanischad- Buda) que Lucas el cristiano no tiene ningún problema en repetir siglos después en Lucas 15:14.*
El mestizaje teologal es como vemos impresionante y deja muy mal paradas las tesis de originalidad, verdad revelada y otras especies. No es necesario tampoco ser un consumado experto para darse cuenta que en la teología fundamentalista judía han colaborado caldeos, egipcios, persas, indios y griegos. El judaísmo tal cual hoy se le conoce sólo es posible por la actuación de un hombre del siglo XII que se llamó Moisés Ben Maimón, mas conocido como Maimonides; liceista aristotélico notable, que a pesar de la oposición de los colegas de su tiempo, hizo un esfuerzo impresionante por darle forma y coherencia a lo hoy se denomina rabinismo talmúdico… corriente aun dominante.
No es tampoco espectacular afirmar que en los Evangelios no hay nada propio, pues lo que no viene de las sectas judías esenia, terapeuta – nazarena o la ebionita -, viene de las distintas religiones del cercano y medio oriente o como es obvio, ya estaban en la Torá.
En cuanto al Corán, dicen los que saben, es una reiteración – acondicionada para la idiosincrasia árabe - del Pentateuco y otros textos bíblicos.
Otras creencias y tradiciones de pueblos antiguos y legendarios han sido imitadas, adaptadas o adoptadas por civilizaciones posteriores:
- Así tenemos como Hammurabi, primer rey de Babilonia unificada, que vivió nada menos que veintiún siglos antes de la E.C. dejó el primer código de leyes que se conoce, recibido de su dios Samah; curiosamente parecido al que recibió Moisés seis siglos más tarde en el monte Sinaí.*
- Y la leyenda de Ab-Am, dios caldeo cuyo nombre significa padre de pueblos; nombre y significado semejante al primer patriarca del bíblico pueblo de Israel. *
Y el mimetismo siempre esta presente:
- La analogía de la leyenda búdica con la cristiana es entrañable: Buda es hijo de una virgen. Es de casta real o noble. Su discurso es de oposición al orden establecido que considera injusto. Tiene su Constantino en el rey Asoka. Al igual que el cristianismo el budismo emigra de su patria para realizarse. Y otra coincidencia: Ni los evangelios ni las Escrituras Búdicas son la obra personal de Jesús o Buda ni de sus discípulos más inmediatos y es muy probable que ninguno de ellos haya tenido existencia corporal.*
- Mitra, dios popular persa se difunde por Occidente con tanta fortuna como el cristianismo, con el que tiene un parecido impresionante: Mitra, es intermediario entre Dios y los hombres, salvador de almas, sus fieles se llaman hermanos entre si, su iniciación supone ayuno, bautismo y agua bendita, así como la ingestión de pan y vino consagrados. Se sacrifica un toro, símbolo del sol o del propio Mitra y se comulga con su sangre y su carne. Sus sacerdotes y sacerdotisas son célibes, su moral es evangélica… Sin duda tan gran parecido, despertó los celos persecutorios de los hijos de Jesús que acabaron con los de Mitra.*
Después de esta descripción panorámica que cubre milenios, cabría hacerse varias preguntas:
¿Por qué ocurren todas estas coincidencias? ¿Qué motivación tuvieron los que decidieron adaptar para sus pueblos antiguas mitologías? ¿Todos los que lo hicieron comprendieron realmente lo que estaban haciendo? ¿Cómo se crea un mito? ¿Es posible crear un mito en nuestros días? Es una creación popular? ¿Es una creación de élite? ¿Las historias sagradas son realmente historia? ¿Son parte historia y parte mito? ¿Es el mito es la tecnología antigua correspondiente al “chip” de nuestros tiempos? ¿Hay una Enseñanza, cubierta dentro de la simbología mítica? ¿Es una enseñanza simple? ¿Es una Enseñanza compleja, objetiva, única, sin variaciones en el tiempo? El lector de seguro podrá incluir en este listado muchas mas interrogantes.
La respuesta a la primera pregunta es a todas luces… reiteramos: Porque todo proviene de una fuente común preexistente, cuya verificación – de ser posible – podría remontarse milenios más allá incluso de la prehistoria.
Si a esa fuente común pre-existente la llamamos Verdad Objetiva, Enseñanza Objetiva o simplemente Escuela, habremos dado un paso significativo en el esfuerzo por explicarnos estás “misteriosas coincidencias”.
Si tenemos en cuenta que la presencia del homo sapiens sapiens en el planeta es de 45,000 a 100,000 años y que la historia*, con pretensión científica, sólo cuenta con 10,000 aproximadamente, no parece muy complicado considerar la posibilidad de la existencia de civilizaciones muy anteriores a las pre-históricas, que pudieran haber obtenido un desarrollo evolutivo semejante, o porque no, superior al nuestro.
El desarrollo de la arqueología, por ejemplo, data sólo de un siglo y los estudios y excavaciones se realizan invariablemente en lugares donde la historia certifica algún acontecimiento. Falta pues el interés científico en iniciar la búsqueda de civilizaciones desaparecidas en los intervalos donde las modificaciones geológicas hubieran permitido su posible desarrollo. El hallazgo de misteriosas piezas, catalogadas y exhibidas como “curiosidades indescifrables” en los museos del mundo y encontradas de casualidad, deberían incentivar la curiosidad científica para iniciar la búsqueda de la verdad. Mientras tanto los avances en el estudio del ADN y la posibilidad de hacer “hablar a los cementerios” nos van dando luz sobre un pasado que definitivamente tendremos que reescribir.
Pero si la arqueología moderna reconociera la necesidad existencial por conocer la verdad como concepto objetivo y unitario, podríamos acercarnos a la solución de tan interesante dilema. Efectivamente sólo una especie de hombre – quizás en vía de extinción – al que vamos a denominar Buscador de la Verdad es el que podría sentir la necesidad vital de tomar contacto con cierto tipo de conocimiento que la humanidad, o mejor, las humanidades desde el mas remoto pasado, han guardado como un tesoro de incalculable valor…en el folclore, en asombrosas construcciones arquitectónicas, en las artes en general y principalmente en la literatura simbólica que ha perdurado hasta nuestros días en lo que llamamos con acierto, libros sagrados.
La presencia de literatura mítica desde tiempos inmemoriales, la similitud de estas entre si a pesar del tiempo y la distancia no hacen mas que incentivar nuestra curiosidad por lo misterioso. ¿De dónde salieron? ¿Quién es el dueño de ellas? Eso en verdad... poco importa.
*Historia es la disciplina académica que estudia acontecimientos del pasado dignos de ser recordados.
Enfoque clásico: El período que comienza con la aparición de la escritura y dura hasta el tiempo actual, desde este punto de vista, gran número de pueblos no tienen historia hasta que se produce su contacto con sociedades que si la conocieron.
Enfoque multiculturalista: Período dentro del cual es posible obtener o reconstruir un relato fiable de los acontecimientos que afectan a un grupo humano.
Bibliografía:
*"Pequeño diccionario de la desobediencia" de Luis Palma.
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